Villadepera (Zamora)

Hace ya algún tiempo que queríamos conocer Zamora y la parte de ésta que hace frontera con Portugal, sobre todo los arribes del Duero y la Sierra de la Culebra. Para ello decidimos establecer nuestra “base” en Villadepera, un encantador pueblo del Sayago. La casa rural de Carvachiquita fue el sitio perfecto para alojarnos, y Trini nos recibió con todas las atenciones. 

La verdad es que todos en el pueblo fueron muy amables. Villadepera, a pesar de ser pequeño tiene mucha historia y parte de ella aún puede verse paseando por sus calles. Podemos encontrar bodegas donde se elabora y conserva el vino. Son pequeñas excavaciones en el suelo que las hacen perfectas para este uso.

También son numerosas las fuentes, aunque hay que destacar la fuente Beber, de origen romano. Los viajeros que recorrían la antigua vía romana XII de Brácara hasta Astorga saciaban aquí su sed y los vecinos del pueblo aún lo siguen haciendo. Su arco de entrada hace de ella una auténtica joya cultural.

El potro de herrar es uno de los pocos que se conservan de madera de negrillo. En la zona pueden verse algunos de granito, pero éste de Villadepera es todo de madera. Se usaba para inmovilizar a los bueyes y vacas para poder herrarlos. Después de atarlos al yugo,se les pasaba unas cintas de cuero por debajo, que eran atadas a un palo lateral fijo y a uno móvil, y con la ayuda de una palanca giraban el palo móvil y así lograban levantar al animal.

Aquí aún pueden encontrarse algunos de los últimos ejemplares del burro zamorano-leonés, Antaño usado para todo tipo de tareas.

La iglesia de Nuestra Señora de la Asunción es del siglo XVI. Sencilla y robusta como las de toda la comarca, atesora en su interior unos magníficos relieves en pan de oro del retablo mayor.

De las cuatro ermitas que había en el pueblo hoy solo quedan dos. En la de San Roque se alberga el museo sacro, que cuenta con interesantes piezas religiosas que cuentan una parte fundamental de la cultura del pueblo.

Cabe destacar el frontón situado al lado de la iglesia, testigo de innumerables partidos de pelota.

Nosotros llegamos a Villadepera desde Pino del Oro, así que atravesamos el puente Requejo, que se alza a unos 90 metros sobre el Duero. Es impresionante descender por la carretera observando el río para encontrarte con este espectacular puente. Inaugurado en 1914 fue en su momento el mayor de España. Situado a unos 2 kilómetros de Villadepera merece la pena parar para poder admirar las magníficas vistas que ofrece.

La pequeña ruta hasta el mirador de Peña Centigosa es obligatoria. Es solo un kilómetro y medio ida y vuelta, pero pasearemos por un camino rodeado de encinas centenarias, espino albar y endrinos.

El tomillo, la jara y la madreselva tienen aquí su hábitat y nos encontraremos también con los curiosos cierres de piedras , llamados aquí cortinas. 

Al llegar al mirador nos encontramos con unas espectaculares vistas del arribe del Duero y con el puente Requejo cruzando majestuoso el río más abajo. El paisaje es de los que no se olvidan. 

Aquí no es difícil, si se tiene paciencia, poder observar el vuelo del águila real, el buitre leonado y según las épocas del año alimoches, milanos, águilas culebreras y otras aves que tienen en estos cañones un verdadero paraíso.

En definitiva, Villadepera es un lugar tranquilo donde se vive a un ritmo pausado y que acoge al visitante con hospitalidad.