En Santiago de Arriba el entroido es
todo un acontecimiento. Esta pequeña aldea de la Ribeira Sacra es
una de las que ha recuperado el tradicional Entroido Ribeirao.
A orillas del Miño se celebraron durante siglos estos ancestrales
ritos de fertilidad para las cosechas y celebración del próximo fin
del invierno. Al sonido de las gaitas, los volantes danzan haciendo
sonar sus chocas mientras uno de ellos con un gran pucho de cintas de
colores baila y gira por las huertas y caminos de la aldea atrayendo
así la buena suerte para las cosechas venideras. Los maragatos o
peliqueiros (no confundir con los de Laza) van vestidos con ropa
vieja y pieles de animales y con una correa de cuero van abriendo
camino a los volantes. Estos son los personajes más vistosos, porque
van vestidos con un mono bicolor, normalmente rojo y amarillo, y
portan un cinturón con 24 campanas o chocas. El Domingo Corredoiro (domingo anterior al domingo de entroido) ambiente era
sensacional y cuando llegamos aún pudimos ver como terminaban de
vestirse algunos volantes. Muchos de ellos eran niños que garantizan
que la tradición no se pierda. Iker, un niño que aún no tenía los
dos años y Adrián con tres eran los más peques. Era
fantástico verlos con sus chocas imitando el bailes de los mayores.
Los mecos son personajes mudos que representan pequeñas obras
teatrales llamadas “Los oficios”. En ellas tratan con un tono
satírico aspectos cotidianos de la vida.
Es impresionante ver como se mueven los
volantes que llevan el pucho, pues es de grandes dimensiones y puede
llegar a pesar 15 kilos. Grandes cintas de colores, flores y pequeñas
muñecas adornan este peculiar sombrero que convierte al volante en
el rey del entroido en la ribera del Miño.
Es encomiable la implicación de los
habitantes de la zona para mantener uno de los carnavales mas
singulares y especiales ya no de Galicia, sino que seguramente de
todo el país. Nuestra enhorabuena y más sincera admiración al
colectivo “Amigos do Entroido Ribeirao” por sus esfuerzos en
mantener una tradición de siglos que estuvo a punto de desaparecer y
que hoy en día goza de una salud excelente, pues cada vez son más
las personas que se acercan hasta Santiago de Arriba para disfrutar
de su maravilloso entroido.