XXVII Feira do poldro e gando de monte. Muras (Lugo)

 

En el Alto da Gañidoira, en Muras, se celebra la XXVII edición de la feria del potro y el ganado de monte. Aquí se dan cita numerosos compradores y vendedores de ganado y durante todo el día se hacen negocios con caballos, vacas y cabras. El pinar donde se celebra esta feria se llena de cientos de tratantes y curiosos que animan la jornada. Por supuesto como en toda feria gallega que se precie no pueden faltar los los puestos de venta ambulante y los de pulpo y churrasco para cubrir todas las “necesidades” de los que se acercan hasta allí.

Pedra do Home. Val do Dubra (A Coruña)

  

En Portomouro de Arriba se conoce con este nombre a un afloramiento granítico en el que pueden verse tres sarcófagos antropomorfos, aunque según testimonios de los vecinos en su momento hubo más de doce. Es un enterramiento asociado al cristianismo, y aunque no se tiene una fecha de su origen fueron muy comunes al comienzo de la edad media, entre los siglos VIII y XI. Los aldeanos la llamaban también “Pedro dos Mouros”, ya que era algo muy habitual asociar este tipo de restos, así como dólmenes y petroglífos en el imaginario popular a estos seres míticos que escondían tesoros. Quizá por eso en los años cincuenta un buscador de tesoros dinamitó la piedra destrozando parte de los sarcófagos y dañando el yacimiento de forma irreparable. Así pues solo nos queda disfrutar de lo que ha llegado hasta nuestros días.

Fervenza de Rus. Carballo (A Coruña)

 

Esta pequeña cascada es de muy fácil acceso, pues desde la carretera hasta ella hay un camino de unos doscientos metros. Situada en el concello de carballo, en la parroquia de Rus también es conocida como Fervenza de Ramil. La caída no es muy alta, pero sin duda vale la pena acercarse si se está por la zona. Hay un banco de madera en el que sentarse a escuchar el rumor del pequeño río precipitándose entre las rocas. Un lugar tranquilo en el que disfrutar de la naturaleza.

Ortigueira (A Coruña)

Ortigueira tiene el mar como referencia. Está presente en cada rincón del pueblo, en cada piedra. Paseando por sus calles podemos admirar casas y palacetes indianos, arquitectura que los gallegos emigrados y retornados de América trajeron consigo. El convento de Santo Domingo es sin duda uno de los puntos centrales de la villa. Su antiguo mercado de abastos también merece una visita y por supuesto su paseo marítimo, donde se respira la auténtica esencia de Ortigueira y su maravillosa ría.