lunes, 22 de febrero de 2016

Ruta de los miradores de Revilla. Huesca.

  
Volvemos con una de las rutas que hicimos en Huesca el pasado verano. Se trata de Los miradores de Revilla, un recorrido con dos opciones muy recomendable. En una curva de la carretera, justo antes de llegar al pueblo unos paneles nos indican que el comienzo de esta ruta. Esta puede hacerse hasta los miradores con niños pequeños sin ningún problema, ya que la dificultad es escasa y la distancia muy corta. Al poco de comenzar nos encontramos pegada a una pared rocosa los restos de la ermita de San Lorenzo, solo quedan unas pocas piedras en pié pero llama la atención los múltiples signos grabados en la pared. Vale la pena entretenerse un poco a observarlos. Se sigue el sendero y al poco encontramos los miradores sobre las gargantas de Escuaín, un paisaje sobrecogedor. Allí veremos volar a los quebrantahuesos en todo su esplendor. Es recomendable llevar unos prismáticos para observar el vuelo de las rapaces en estos impresionantes riscos.
Una vez allí, se vuelve por el mismo camino o se coge la segunda opción, subir hasta el pueblo, por unos senderos ya algo más abruptos. No implican excesiva dificultad, aunque con niños muy pequeños al final se acabará cargando con ellos a la espalda, pues se les hará duro.
Las vistas son en todo momento sensacionales y después de un un buen recorrido se vislumbra el pueblo de Revilla. Nos adentramos en el y siguiendo la carretera unos cien metros más abajo volvemos al punto de partida de esta magnífica ruta.




























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