martes, 6 de septiembre de 2016

Cementerio de los ingleses. Camariñas. A Coruña



 El 10 de noviembre de 1890, el buque escuela inglés HMS Serpent, que había salido de Plymouth dos días antes con destino a Sierra Leona, chocó en la Punta Boi a las once de la noche y fue arrojado contra los escollos allí existentes. De los 175 tripulantes del barco solo tres consiguieron salvar la vida. Las gentes del lugar les prestaron toda clase de ayuda y amparo. En los días siguientes el mar arrojó por toda esa escarpada y preciosa costa los cadáveres de los marineros ingleses. El párroco de Xaviña y los vecinos de las aldeas cercanas les dieron sepultura frente a la costa que les costó la vida. Desde entonces está aquí el llamado Cementerio de los ingleses. Es una construcción rectangular formada por muros de piedra y en el interior un habitáculo cuadrado. En el habitáculo descansan el capitán y los oficiales y en la parte exterior los marineros.
Durante muchos años, un barco de guerra inglés se acercaba aquí en el aniversario de la tragedia para arrojar una corona de flores al mar, y cada vez que un barco de la armada pasaba frente a estas costas, disparaba una salva para honrar a los marinos ingleses. Cuando la marina inglesa supo que los tres supervivientes llevaban el chaleco salvavidas, instauró su uso en todos sus barcos.
Es curioso como un lugar de tanta belleza puede ser al mismo tiempo un lugar tan peligroso, lleno de historias de naufragios.
La gente que se acerca hasta aquí, quizá como homenaje, coloca piedras apiladas en las cercanías del cementerio. Hay literalmente cientos de estas pequeñas esculturas de piedras. El fuerte viento que suele haber las debe de tirar, pero la gente sigue creándolas. Realzan aún más la salvaje belleza de este lugar.
Si toda esta linea costera se llama Costa da Morte no es por casualidad.










1 comentario:

  1. CAMARIÑAS DEL ALMA

    En tropel por abrazarse a tus tierras
    descompuestos jinetes de batallas,
    audaces trotamundos de mil guerras,
    delirantes corceles de tus playas.

    Cual, si finos bolillos, van bordando
    una costa de caprichosas calas,
    que la mar tenebrosa va calcando
    del cielo colosales antesalas.

    “Costa da Morte“, destino y morada;
    ocaso efervescente de otra vida,
    tenebrosa penumbra embrujada;
    “ abra cadabra”… hechizada guarida.

    Lamentos a una mar encadenados;
    tragedias de mil navíos prisioneros;
    abismos que retuercen endiosados
    gemidos de intrépidos marineros.

    En la cima de la roca más angosta
    me inclino, Camariñas, mi adorada,
    ante el templo sagrado de tu costa
    y el amasijo de tu arte y tu espada.

    Antonio Puertas


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