La Fervenza das Hortas ha supuesto un
gran descubrimiento, pues no la conocíamos y nos ha maravillado.
Situada en el límite entre los concellos de Arzúa y Touro, en
Dombondán, es de un acceso relativamente sencillo y el entorno es
fabuloso. El regato de Saimés se precipita en dos saltos de agua, el
primero de ellos espectacular. En esta época no es cuando más agua
lleva, pero aún así el caudal era suficiente como para apreciar la
belleza de la cascada. Hay un antiguo molino para aprovechar la
corriente y la vegetación es exhuberante. Hay una pasarela de madera
con escaleras para facilitar la llegada a pie de la fervenza. Sin
duda un lugar para pasar un rato contemplando uno de los muchos
rincones que nos ofrece la geografía gallega, que no deja de
sorprendernos.
domingo, 27 de noviembre de 2016
viernes, 18 de noviembre de 2016
Parada dos Montes.O Courel. Lugo
En el Caurel puedes encontrar aldeas
que parecen ancladas en el tiempo, pero pocas como Parada dos Montes.
Este pequeño pueblo enclavado entre los montes del Caurel es una
joya etnográfica puesto que parece detenido en el pasado. Aquí
podemos ver la arquitectura propia de esta zona y podemos llegar a
imaginar como era la vida en estos pueblos cuando la vida bullía por
las pequeñas y apretadas callejuelas. Los tejados de pizarra
prácticamente se tocan unos con otros. Vale la pena recorrer estas
aldeas que aún conservan la impronta que tuvieron para valorar el
esfuerzo de sus antiguos habitantes por ganarle la batalla a estas
montañas, para en este rincón enclavado en medio de una naturaleza
hermosa y exigente, haber sabido crear un entorno apto para la vida
humana.
Es Parada dos Montes un claro ejemplo
de ello.
lunes, 7 de noviembre de 2016
Castiñeiro de Pumbariños. Rozavales. Manzaneda. Ourense
En el souto de Rozavales los castaños
son de grandes dimensiones y centenarios. Pasear por el en otoño es
una delicia, pero al llegar al llamado Castiñeiro de Pumbariños los
demás parecen de juguete. Este ejemplar es inmenso. Con casi trece
metros de perímetro sus ramas se extienden en muchos metros
cuadrados alrededor. Se calcula que tiene más de mil años y está
declarado monumento natural. Ante este árbol (casi se podría decir
que sagrado) te quedas maravillado de lo que la naturaleza puede
mostrarte. Indiferente al paso del tiempo sigue con una gran fuerza
vital y las castañas que caen de sus ramas son grandes y sanas. Un
lugareño nos contó que alguien trató hace años de prenderle
fuego,pero afortunadamente no le causó grandes daños. Es
incomprensible como alguien puede querer destruir una criatura tan
bella y excepcional. La verdad es que la luz del momento no era la
mejor y las fotos no hacen justicia de lo impactante que es este
castaño. Casi se podría decir que vale la pena hacer el viaje solo
por verlo. Después de todo ¿Cuantas veces se tiene la oportunidad
de ver un ser vivo de más de mil años?