martes, 24 de julio de 2018

Oporto. Portugal


Ya hace tiempo que le teníamos ganas a Oporto, entre otras cosas porque todos a los que conocemos que la han visitado nos la han recomendado encarecidamente. Así que al final nos decidimos a visitar esta ciudad tan cercana a nosotros y tan desconocida. Una vez pasados unos días aquí no podemos entender como hemos tardado tanto en ir a Oporto. Nos ha maravillado lo bonita que es, lo amable que es la gente, la cantidad de rincones que atesora, las innumerables muestras de arte que puedes encontrarte por sus calles....todo en general. Hay mil sitios para visitar y mil cosas que ver, desde la Estación de Sao Bento con sus maravillosos azulejos, el Palacio de la Bolsa, la Torre de Clérigos con las impresionantes vistas de la ciudad, la maravillosa librería Lello de la que hablaremos en otro post, por supuesto toda la zona portuaria y de las bodegas de vinos, con la impresionante silueta del Puente Luis I siempre presente, el tranvía recorriendo sus empinadas calles, las iglesias que salpican toda la ciudad, la bulliciosa vida que desborda esta ciudad al borde del Duero, el Douro para los portugueses. Las natas de La Manteiguería serán las mejores que comeréis en vuestra vida. Solo por eso ya valdría la pena visitar Oporto, pero es todo el conjunto lo que hace de esta ciudad una visita obligada. Es sin duda una de las ciudades que más nos ha gustado de todas las que hemos visitado. Sin duda volveremos en cuanto tengamos ocasión y esperamos que sea muy pronto.






















































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