martes, 6 de noviembre de 2018

Gijón. Asturias


Gijón es una ciudad amable y tranquila que invita a recorrerla y descubrirla con calma. Da igual si es de día o de noche, Gijón siempre tiene el mar presente y es la columna vertebral de la ciudad asturiana. Si se va a Gijón hay que prepararse para una explosión de sabores, sobre todo en lo que al dulce se refiere. Sus pastelerías son sencillamente maravillosas y destacaríamos Aliter Dulcia en la calle San Bernardo. Pidáis lo que pidáis acertaréis seguro, porque todo está delicioso. Iglesias, esculturas como el Elogio del Horizonte de Chillida,el teatro Jovellanos, el mercado del sur, el jardín botánico o La Laboral, el edificio más grande de España son otros de los tesoros de esta pequeña ciudad norteña. Sus cafeterías tienen también un encanto especial, y algunas como la Dindurra os dejarán extasiados. Nosotros tuvimos la suerte de poder visitar el museo del ferrocarril el día que ponían en marcha antiguos trenes de vapor. Callejear por el barrio de Cimavilla descubriendo sidrerías es otro aliciente más. No os podéis marchar de Gijón sin haber pasado antes por la coctelería Varsovia, un lugar maravilloso para tomar una copa. En definitiva Gijón nos ofrece todo lo necesario para una escapada inolvidable.

















































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