viernes, 12 de agosto de 2011

Faro de Finisterre (A Coruña)

El faro de Finisterre junto con el de Machichaco (Vizcaya) fueron los dos primeros de primer orden de toda España, que la comisión de faros creada en el S. XIX acordó construir. Se inauguró en junio de 1853, obra del ingeniero Félix de Uhagón, aunque desde entonces ha sufrido varias reformas.





Es un edificio de piedra revestida y cantería en las luces y esquinas, de planta rectangular y dos alturas más el añadido de una tercera sobre la fachada meridional. El fuste es de cantería, con una altura de 13,30 m. y remata en una cornisa con balconcillo. Un torreón cilíndrico de 2,30 m. sostiene una linterna de casi 5 m. de altura con el foco a 17 m. del suelo.


En la pared sur, bajo las ventanas, hay dos bocinas metálicas que suenan para avisar en los días de niebla y son conocidas como "a vaca de Fisterra" (la vaca de Finisterre).


"Brúa Ío, brúa, como a vaca de Fisterra
non temas a súa voz,
uns mareantes han tomala por sinal
de escollos e baixíos, rachas de nordés e borraxeira
outros virán
atraídos polo seu canto
ós inseguros tombos de leite"

Marilar Aleixandre. "A constelación da Xuvenca"


Muchos peregrinos, tras llegar a Santiago, continúan después hasta Finisterre, como acto simbólico del fin del camino, del fin de la tierra (el finis terrae de los romanos).



Son muy conocidas y apreciadas sus hermosísimas puestas de sol, por lo que una gran parte de quienes lo visitan hacen coincidir ese momento con el anochecer. Según cuenta la tradición, los romanos que llegaron aquí, encontraron un altar celta dedicado al sol (Ara Solis).

Fuente:
Faros de Galicia

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