domingo, 28 de octubre de 2012

Monforte de Lemos (Lugo)


Monforte de Lemos fue en la época medieval una ciudad-fortaleza de gran importancia,dada su estratégica posición dominando el valle de Lemos.
Se conservan grandes tramos de la muralla que rodeaba el castillo y la Torre del Homenaje, construida sobre el Monte de San Vicente. El palacio de los Condes de Lemos y el monasterio benedictino de San Vicente del Pino, que en la actualidad son un parador de turismo, realzan todo el conjunto creando una magnífica vista, con todo Monforte a los pies.
Callejear por la judería, entre casas con blasones, cruzando las antiguas puertas de acceso a las murallas es obligatorio. Si alzamos la vista siempre nos encontraremos con la silueta de la torre vigilando nuestros pasos.
El puente viejo, de origen romano, aunque se restauró en el siglo XVI, cruza el río Cabe y a su lado está el Museo de Arte Sacro, en un convento de las Madres Clarisas. Es uno de los más importantes de toda España.
Considerado como “El Escorial gallego”, Nosa Señora de Antigua, hoy el colegio de los Padres Escolapios, es un inmenso edificio de estilo herreriano de los siglos XVI-XVII . En su interior hay una pinacoteca con obras de El Greco.
Al lado hay un encantador parque que en esta época está impregnado del colorido del otoño. Paseamos por él viendo a los patos nadar  y disfrutando de la tranquilidad de una ciudad que bien merece una visita.



















martes, 16 de octubre de 2012

Pazo de Tor. Monforte de Lemos (Lugo)



En el concello de Monforte de Lemos y más concretamente en la parroquia de San Xoán de Tor encontramos un pazo que nos ha dejado impresionados. Hablamos del Pazo de Tor donde parece que el tiempo se haya detenido un día cualquiera en la vida cotidiana que aquí se vivía. Convertido en museo gracias a que su última dueña, Dª Mª Paz Taboada, lo donó a la diputación de Lugo, conserva todos sus muebles y pertrechos originales. Pasear por sus estancias permite ver realmente como era la vida en un pazo gallego, ya que todo se conserva tal y como estaba cuando falleció su dueña. Aunque hubo alguna restauración, la disposición del mobiliario y de todos los objetos que pueden verse es la misma que hubo siempre. También influye para que haya llegado hasta nosotros tan magníficamente, que siempre perteneció a la misma familia.
Pudimos pasear por la sala de armas, que preside una tela de seda con el escudo del pazo y en la que destacan dos armaduras y numerosas armas de fuego de distintas épocas. Una litera para el transporte de personas llama la atención por lo bien conservada que está. Nos movemos del llamado Salón Norte donde numerosos óleos muestran a diversos miembros de la familia a las habitaciones, los cuartos de baño, el pasillo, el salón de billar, el cuarto de la señora y todas las dependencias de este maravilloso pazo que están llenas de obras de arte de primer nivel. Todo el pazo en sí podríamos considerarlo una obra de arte. Libros que casi se podrían considerar incunables, un claviórgano del que solo existen tres ejemplares en el mundo y del que no se sabe como vino a parar a este pazo, óleos, piezas de cerámica, vajillas, muebles antiguos...son innumerables los valiosos objetos que con el paso de las generaciones fueron adquiridos por la familia y que hoy en día están expuestos  para que podamos recrear la vida en el Pazo de Tor. En su interior y en los jardines y patios que lo rodean se respira historia viva. Hemos visitado algunos otros pazos, pero en éste es donde mejor se entiende como era el día a día de estos “palacios gallegos”.
De visita absolutamente imprescindible si vais por la zona, se puede ver en cuatro turnos de visita guiada : de martes a domingo a las 11 y 12:30 por la mañana y a las 16:30 y las 18 por la tarde.
Queremos dar las gracias especialmente a María por su enorme amabilidad y las magníficas explicaciones que nos dio sobre los objetos y la historia de este lugar. Sólo tenemos palabras de agradecimiento hacia ella. No os podemos enseñar fotos del interior porque no está permitido tomar fotografías pero os aseguramos que vale la pena verlo en persona, porque ninguna foto haría justicia a este lugar que quedó anclado en la historia.
















Ver Pazo de Tor en un mapa más grande

domingo, 14 de octubre de 2012

Cascada y mirador de Ézaro. Dumbría (A Coruña)


El río Xallas tiene una particularidad que lo hace especial. Es el único del sur de Europa que desemboca en el mar en cascada. Para ver algo parecido tendríamos que ir a los fiordos nórdicos.
El espectacular salto de agua cae al mar desde más de cien metros de altura y con el paso de los siglos se ha formado un pozo de cerca de veinte de profundidad. Se puede llegar hasta el pie de la cascada por el paseo que bordea la ensenada de Ézaro, con el granito de las estribaciones del Monte Pindo a nuestra derecha. El paisaje es espectacular y para describir esta cascada solo se nos ocurre decir que es una maravilla de la naturaleza.




La presa de Santa Uxía algo más arriba regula el caudal de la fervenza, pero el espectáculo es digno de verse. Desde el mirador de Ézaro podemos disfrutar de unas maravillosas vistas.






Sentarse a pocos metros de esta belleza y escuchar el fragor del río Xallas en su encuentro con el mar en uno de los rincones más bellos de Galicia es una delicia para los sentidos. A veces buscamos lejos lo que tenemos cerca y la cascada de Ézaro es sin duda una de las más bellas que jamás podamos ver, por muy lejos que vayamos.

sábado, 6 de octubre de 2012

Santa Uxía de Ézaro. Dumbría (A Coruña)



La pequeña aldea de Santa Uxía tiene un enclave privilegiado. A orillas del embalse del mismo nombre un puñado de casas, muchas ya abandonadas, gozan de un entorno natural maravilloso. El embalse de Santa Uxía es el último que retiene al río Xallas y también el más grande. Encajonado por el Monte Pindo desde aquí el Xallas desemboca en la espectacular cascada de Ézaro.
La aldea tiene una pequeña iglesia del siglo XVIII en la que quizás lo más llamativo sea la torre de las campanas. Casas de gruesos muros y antiguos hórreos son el paisaje de este pueblo. Dos pequeños perros de uno de los pocos vecinos que quedan nos salieron al encuentro para saludar a Roi. Uno había sido atropellado y estaba cojo, pero ese precisamente fue el que nos acompañó todo el rato. Una casa de turismo rural restaurada permite alojarse en este lugar en el que el pantano y las originales formas del Monte Pindo presiden cada rincón. Un lugar donde la tranquilidad reina en cada piedra de esta aldea escondida en uno de los paisajes más bellos de Galicia.