miércoles, 13 de septiembre de 2017

Saint-Malo. Bretaña. Francia

Saint-Malo es una de esas ciudades que honra a su pasado. Con un centro histórico totalmente amurallado, su paseo por los bastiones de la muralla permite rodear la ciudad y contemplarla en todo su esplendor. Saint-Malo es conocida como Madame la Corsaria, por haber sido puerto principal en esa época. Mucha es la historia que atesoran sus piedras. Se declaró independiente de Francia y durante cuatro años fue la Republica de Saint-Malo, para acabar anexionándose al ducado de Bretaña. Tras el desembarco de Normandía los alemanes se atrincheraron aquí y la ciudad fue bombardeada intensamente. Destruida en su mayor parte fue reconstruida por sus habitantes, lo que da prueba de el espiritu luchador de esta gente. La costa es bellísima, con sus playas y piscinas naturales, salpicada de faros y balizas y con algunos fuertes militares. La personalidad de esta ciudad queda patente cuando recorres sus calles y plazas salpicadas de artistas callejeros que le dan una rica vida cultural. Saint-Malo es una de las ciudades más visitadas de toda Bretaña y solamente recorrer sus murallas hacen que esta visita sea especial. Además hemos de decir que aquí hemos comido el mejor brioche que hemos probado, lo cual es un gran punto a su favor.
 



























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