Enclavada en pleno Camino de Santiago
se encuentra una de las iglesias más hermosas que hemos visto hasta
el momento. San Martín de Frómista, en Palencia, un templo que
impacta por sus formas y su belleza sencilla, tan propia del
románico.
Fundada por Dña. Mayor de Castilla,
sobre el año 1066, por la uniformidad arquitectónica y de estilo se
calcula que su construcción debió de prolongarse a lo largo de
unos veinte años.
Recorrer el exterior de San Martín
puede llevar un tiempo si eres observador y quieres disfrutar de esta
joya. Tres ábsides, uno central y dos laterales más pequeños en la
cabecera llaman la atención por una serie de columnas y un
ajedrezado que realzan su estética. Este ajedrezado recorre toda la
iglesia a diferentes alturas.
Podemos ver más de trescientos
canecillos, pequeñas esculturas que decoran los aleros de los
tejados y en ellas están representados animales, vegetales, formas
geométricas, figuras humanas y también varias figuras monstruosas,
que para los habitantes del medievo debían de tener poderosos
significados. Para nosotros eso se perdió, pero podemos admirar la
obra que dejaron.
El interior es de una gran austeridad,
realzada por la desnudez de sus muros. Capiteles historiados nos
muestran diversos pasajes bíblicos, como Adán y Eva comiendo la
fruta prohibida, su expulsión del paraiso o a adoración de los
Reyes Magos.
Para los miles de peregrinos que llegan
aquí después de muchos kilómetros recorridos, la visión de San
Martín de Frómista es reconfortante, pues de esa manera pasan a
formar parte, aunque solo sea un poquito, de una de las más hermosas
iglesias que se pueden ver en el Camino.
Si no eres peregrino pero pasas cerca
de Frómista, no lo dudes y haz un pequeño alto porque esta es una
iglesia que no puedes dejar de ver.
Magníficas fotos que invitan a visitar esta maravilla. ¡Gracias!
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