En 1885 se acabó de construir en
Comillas la residencia de verano que Máximo Díaz de Quijano,
concuñado del Marqués de Comillas, mandó construir al genial
arquitecto catalán Antoni Gaudí. El resultado es esta espectacular
residencia en la que Gaudí muestra ya muchos de los detalles que lo
convirtieron en un referente de la arquitectura.
Con planta alargada, sótano y
desván, destaca una torre con forma de minarete. En la decoración
se usó sillería, hierro, cerámica y ladrillo.
La entrada
principal tiene cuatro columnas con capiteles adornados con pájaros
y hojas de palma. El girasol es un motivo que se repite en esta casa
constantemente porque Gaudí se inspiró en el movimiento
de esta planta siguiendo la luz del sol para orientar las estancias
de la casa; una de las muchas ideas basadas en la naturaleza que
Gaudí empleaba en sus obras.
Destacan por su originalidad las forjas
de los pequeños balcones con bancos incorporados. Merece la pena
recorrerlo con calma para admirar todos los detalles de este
magnífico edificio.
El día que lo visitamos llovía mucho y no
pudimos pasear por el exterior, pero aquí quedan algunas imágenes
de "El Capricho de Gaudí"
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