Este fin de semana Amil celebró su
Rapa das Bestas, un trabajo ganadero reconvertido en una fiesta que
atrae a gran parte de los vecinos del Concello de Moraña y a
numerosos turistas. Los caballos pastan libres por el monte Acibal y
después de agruparlos se les conduce hasta el curro, lugar donde se
procederá a separar a los potros nacidos en libertad de la manada y
después a la rapa de las colas y las crines de los animales para
soltarlos mas tarde al monte otra vez hasta el siguiente año ,
cuando se repetirá la operación.
En Amil la rapa se celebra el
sábado por la tarde y el domingo en dos turnos, a las doce y a las
cinco. Por este motivo mucha gente monta sus tiendas de acampada en
el monte y pasa allí la noche del sábado. Las gradas del curro se
llenan para el espectáculo y cuando los aloitadores empiezan a
separar a los potros se respira una mezcla de tensión y ambiente
festivo. La tarea es peligrosa porque los caballos no paran de
moverse y los animales forcejean con los hombres tratando de
quitárselos de encima. Caídas y golpes son habituales entre los
aloitadores. La gente allí congregada está asistiendo a un rito
ancestral que ha perdurado hasta nuestro días y celebra con vítores
cada asalto de los hombres a la manada. Aunque las imágenes pueden
parecer otra cosa, el respeto hacia los animales es absoluto y
después de este proceso volverán a cabalgar libres por su hogar,
por el monte Acibal.
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