El Parque Natural del Cañon del río
Lobos es todo un espectáculo en cualquier época del año, pero
especialmente en otoño. Caminar rodeados por sus farallones calizos
excavados por la acción del río durante milenios es una de las
mejores rutas que se pueden hacer no ya en Soria, donde se enclava la
mayor parte del parque, si no que nos atreveríamos a decir de toda
España. En el cañón encontramos bosques de pinos y sabinas,
enebros y cerca del cauce chopos y sauces. En las escarpadas paredes
anidan buitres, águilas y otras rapaces, que pueden verse
sobrevolando los cielos en todo momento. Corzos, jabalíes, liebres,
zorros o nutrias son otros de los habitantes de este paraje. Por si
esto fuera poco, nos encontramos con la ermita de San Bartolomé,
ligada a la orden de los caballeros templarios. Muchas son las
leyendas en torno a esta preciosa construcción. Una de las más
sorprendentes es la que dice que se encuentra exactamente a la misma
distancia del cabo de Finisterre y el cabo de Creus. La medición por
satélite moderna parece ser que desmonta este mito, pero la
desviación no es tan grande teniendo en cuenta los métodos de hace
siglos. Normalmente cerrada vale la pena ver sus hermosos relieves:
lobos, caras, cruces patadas típicas del temple y su rosetón de
seis corazones entrelazados, muy similar al sello de Salomón.
Todo esto hace del Cañón del río
Lobos uno de los lugares mas bellos y sorprendentes que hemos tenido
la ocasión de visitar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario