En el pequeño pueblo de Mon, de apenas
un par de casas, sorprende encontrar esta majestuosa casa palaciega,
de estilo barroco. Construido en torno a un patio central, lo más
destacado es su fachada principal, que orientada al sur consta de un
cuerpo central enmarcado entre dos torres cuadradas. Los escudos de
armas son magníficos y pueden leerse las inscripciones de la familia
dueña del palacio en los momentos de esplendor. Nosotros solo
pudimos verlo por fuera, aunque hay visitas guiadas al interior. Todo
el conjunto se encuentra en bastante buen estado aunque con evidentes
signos de abandono. Una de las joyas de esta zona.
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