En el souto de Rozavales los castaños
son de grandes dimensiones y centenarios. Pasear por el en otoño es
una delicia, pero al llegar al llamado Castiñeiro de Pumbariños los
demás parecen de juguete. Este ejemplar es inmenso. Con casi trece
metros de perímetro sus ramas se extienden en muchos metros
cuadrados alrededor. Se calcula que tiene más de mil años y está
declarado monumento natural. Ante este árbol (casi se podría decir
que sagrado) te quedas maravillado de lo que la naturaleza puede
mostrarte. Indiferente al paso del tiempo sigue con una gran fuerza
vital y las castañas que caen de sus ramas son grandes y sanas. Un
lugareño nos contó que alguien trató hace años de prenderle
fuego,pero afortunadamente no le causó grandes daños. Es
incomprensible como alguien puede querer destruir una criatura tan
bella y excepcional. La verdad es que la luz del momento no era la
mejor y las fotos no hacen justicia de lo impactante que es este
castaño. Casi se podría decir que vale la pena hacer el viaje solo
por verlo. Después de todo ¿Cuantas veces se tiene la oportunidad
de ver un ser vivo de más de mil años?
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