En el Caurel puedes encontrar aldeas
que parecen ancladas en el tiempo, pero pocas como Parada dos Montes.
Este pequeño pueblo enclavado entre los montes del Caurel es una
joya etnográfica puesto que parece detenido en el pasado. Aquí
podemos ver la arquitectura propia de esta zona y podemos llegar a
imaginar como era la vida en estos pueblos cuando la vida bullía por
las pequeñas y apretadas callejuelas. Los tejados de pizarra
prácticamente se tocan unos con otros. Vale la pena recorrer estas
aldeas que aún conservan la impronta que tuvieron para valorar el
esfuerzo de sus antiguos habitantes por ganarle la batalla a estas
montañas, para en este rincón enclavado en medio de una naturaleza
hermosa y exigente, haber sabido crear un entorno apto para la vida
humana.
Es Parada dos Montes un claro ejemplo
de ello.
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