Durante estos días y debido al bajo
nivel de las aguas del Encoro de Belesar, se puede visitar el
impresionante Castro de Candaz, que pasa la mayor parte del tiempo
sumergido en sus aguas. Aunque a veces puede verse parte de este
antiguo castro y fortaleza medieval, solo cuando el nivel del embalse
baja del 25 por ciento es posible acceder a él por un pequeño
istmo que lo une a la orilla.
Es un lujo poder contemplar esta
maravilla y es mucha la gente que se acerca hasta aquí para no
perder la oportunidad. Después de dejar el coche en el pequeño
pueblo de Xillán, un recorrido entre bancales de viñedos, pues
estamos ya en la Ribeira Sacra lucense, nos conduce hasta el castro.
Las estructuras quedan a la vista y la niebla le confiere aún más
si cabe un aire místico, mágico. Uno de esos lugares que parecen
sacados de un cuento. Si tenéis ocasión no podéis perderos la
visita a una de las joyas ocultas del patrimonio histórico de
Galicia. No os arrepentiréis.
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