Las ruinas de la antigua ciudad romana
de Flavium Caparensis son hoy un vestigio de la antigua Vía de la
plata, en la que esta villa se hallaba enclavada. Fue un importante
punto de encuentro y de comercio, si bien no alcanzó el esplendor de
otras ciudades de la época. Hoy podemos pasear por sus antiguas
piedras para observar los restos de los baños, el foro donde se
hallaba el templo dedicado a Júpiter, la calzada que atravesaba la
ciudad y en torno a la cual se agrupaban las viviendas. Pero el gran
emblema de Cáparra es su imponente arco de cuatro puertas, el
Tetrapylum, único en España. Erigido por un ciudadano importante de
la villa en memoria de sus padres, ha resistido el paso de los siglos
para que hoy podamos contemplarlo y maravillarnos con la arquitectura
de los romanos. En cáparra también podemos ver restos de
enterramientos y un centro de interpretación para hacernos una idea
de como era la ciudad en su apogeo, cuando bullía de actividad
gracias al tráfico de mercancías que transcurria por la Via de la
plata.
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