Adentrarse en Trujillo es dar un salto
en el tiempo. Todo el centro histórico es un enorme monumento al
aire libre. Son tantas las casonas nobles, los palacetes, iglesias y
edificios de interés que sería muy arduo nombrarlos en este post.
La entrada por la magnífica Plaza Mayor es solo el preámbulo de lo
que nos depara esta villa cuna de conquistadores como Pizarro y
Orellana, por citar algunos. La subida al castillo árabe que domina
todo el pueblo y los alrrededores nos depara hermosos rincones donde
admirar la tremenda historia que atesora este pueblo. Nosotros lo
habíamos visitado hace algunos años y queríamos volver a verlo ya
que guardábamos un gran recuerdo. Solo podemos decir que el paso del
tiempo solo hace que embellecer más aún si cabe a Trujillo. Una
visita absolutamente obligada.
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