Oenach Atlántico 2025. Narón.

Hay fiestas que parecen hechas con molde y otras que tienen alma. El Oenach Atlántico de Narón es de las segundas. Durante un fin de semana, la campa do Trece se convierte en una especie de máquina del tiempo: de pronto, estás en una aldea castrexa, con el olor de la leña, el sonido de las gaitas y un montón de gente vestida como si hubieran salido de un libro de historia.

No es solo mirar, es participar. Puedes probar pan hecho allí mismo, tocar herramientas que usaban nuestros bisabuelos, o quedarte embobado viendo cómo los artesanos fabrican sus productos. Hay teatro al aire libre con vecinos que se dejan la piel, música de la de verdad (de la que se siente en el pecho) y comida que te hace olvidar cualquier dieta.

Si te gustan las fiestas con raíz, con gente de verdad y sin postureo, el Oenach es de esos lugares donde terminas sonriendo sin darte cuenta.