Por segunda vez nos acercamos hasta
Maceda para ver a los Felos, que en el entroido son los protagonistas
del concello. Este año los seguimos por su recorrido por los pueblos
de la Sierra de San Mamede, donde llevaban la alegría y el alboroto
propios de los Felos. Verlos aparecer por el camino que conduce a
Castro es todo un espectáculo de color y sonido. Los vecinos
disfrutaron con sus bromas y les obsequiaron con toda clase de
viandas propias de esta época de entroido: orejas, flores,
rosquillas, filloas y también con un buen surtido de embutidos y
bebidas. Los Felos lo agradecen pues llegan cansados de recorrer los
caminos de la sierra de pueblo en pueblo. La cantidad de niños es
impresionante y eso asegura el futuro de este maravilloso entroido.
En Maceda conocimos a una pequeña Felo
que lucía orgullosa su traje. Su madre nos comentó que desde muy
pequeña se negó a vestirse de princesa, hada o cualquier otro
disfraz que sobre el papel podría gustarle más a una niña pequeña.
Ella dejó muy claro que quería ser Felo. Podemos dar fe de que
vivió la jornada con una gran felicidad, pues la vimos disfrutar
durante el recorrido. No sabemos su nombre, pero aparece en varias de
las fotografías y desde aquí le mandamos un saludo y nuestra
admiración.
Los Felos recorrieron Castro, As Pías,
Santirso, Xinzo da Costa, Barxela, Vilar, Carguizoi, Sarreaus y
Tioira para acabar en Maceda. En todos los pueblos fueron recibidos
con gran alegría y tanto Felos como vecinos lo pasaron en grande.
Para nosotros este es quizás el mejor entroido de los que hemos
visto de Galicia. Y hemos visto muchos. Los Felos de Maceda conservan
una autenticidad que los hace especiales. Se trata de un entroido que
no está masificado por miles de visitantes como otros de más nombre
y eso le ha permitido mantener gran parte de su pureza. Nos marchamos
con unas ganas locas de volver, lo que sin duda haremos.