En Pastoriza se encuentra la laguna de Fonmiñá, que estuvo considerada históricamente como el nacimiento del río Miño, aunque ahora se sabe que nace unos kilómetros más arriba, en el pedregal de Irimia.
Sin embargo esta pequeña laguna es la principal aportación de agua al Miño en el comienzo de su andadura por Galicia. Se trata de una surgencia kárstica, que aflora a la superficie desde una inmensa laguna subterránea.
La mitología popular ha rodeado siempre esta laguna, llegándose a creer que tenía una profundidad insondable, y que en lo más profundo hay un pueblo sumergido, cuyas campanas aún pueden oirse alguna vez, en días de niebla y noches de tormenta.
La realidad es que al menos en la mayor parte de la laguna se puede ver perfectamente el fondo, e incluso apreciar las burbujas que produce el agua al filtrarse desde el subsuelo a la superficie.
El lugar es precioso para dar un tranquilo paseo, ya que se han instalado todo alrededor unas pasarelas para poder disfrutar de tan mágico entorno.
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