domingo, 29 de junio de 2014

Pedregal de Irimia. Nacimiento del río Miño. Meira (Lugo)


A unos 700 metros de altitud, en la Sierra de Meira, nace el río Miño. Lo hace en un lugar con un gran encanto: el Pedregal de Irimia.
Se trata de los restos de una morrena glaciar y parece en si mismo un río de piedras enormes. Si caminamos sobre la extensión de piedras de unos setecientos metros y prestamos atención, podremos oir el rumor de las aguas bajo las grandes rocas, aunque no la vemos,si acaso por algún resquicio entre las piedras. Cerca de la carretera donde se deja el coche ya se aprecia un pequeño riachuelo que aparece al acabar el manto de rocas bajo las que nace el mayor río de Galicia. Inicia aquí un recorrido de más de 300 kilómetros y este pequeño regato acabará por convertirse en una caudalosa corriente de agua hasta su desembocadura en el Océano Atlántico.
Hay leyendas asociadas a este lugar, como no podía ser de otra forma. La más llamativa cuenta la historia de una mujer con poderes llamada Irimia que se negaba a pagar impuestos al vecino convento. Un día, éstos vinieron para quedarse con sus tierras y sus fuentes, por lo que ella lanzó un conjuro y cubrió con grandes piedras su finca para que los monjes no pudieran acceder al agua, diciéndoles: “Nunca podréis probar la primera agua de este río porque es mío/Miño”
En todo caso un lugar muy bonito donde nace el el gran río gallego.







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