En el departamento del Finisterre
francés se encuentra Concarneau, un pueblo dentro de unas murallas
que merece una pequeña visita. Sin duda la parte más curiosa es
esta, las callejuelas que una vez te adentras en la muralla por un
puente que salva la marea, se abren llenas de tiendas para los
turistas. A pesar de eso, tiene todavía rincones muy pintorescos y
algunas casas con muchísimo encanto. Se puede subir a las murallas
para contemplar la pequeña bahía y dar un paseo por esta villa
medieval no te dejará indiferente. Fuera de murallas es una pequeña
ciudad en la que el mar es el gran protagonista. La importancia que
tuvo en tiempos la industria conservera aún se nota y es el primer
puerto pesquero francés para la pesca del atún.
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