El pasado fin de semana con buen tiempo y calor pudimos disfrutar de una de las playas más hermosas a las que hemos ido: la playa de Carnota.
Este arenal y su entorno son un pequeño
paraíso para todos los amantes del mar y de la naturaleza en
general. Sus aguas cristalinas y las numerosas balsas naturales que
se forman con la bajamar hacen de este lugar un sitio idílico. La vegetación es
abundante y le da un aspecto muy salvaje, aumentando su atractivo.
Hay que tener cuidado porque es una zona peligrosa donde son
frecuentes las fuertes corrientes.
Pasear por su fina y blanca arena con la imponente mole del Monte Pindo al fondo es algo que no
es fácil de superar y que hace las delicias de todo el que ama el
patrimonio natural de Galicia.
En definitiva uno de los espacios
naturales más bellos que hemos visto y que en esta época, con los
montes vestidos con el amarillo intenso de la flor del toxo, aumenta
aún más si cabe su atractivo.
Estas fotos son de la zona conocida como "boca do río" :
Y éstas son de la zona de Caldebarcos :
Desde lo alto se aprecia la playa en todo su esplendor :
Y por último, una recomendación : para comer, "Casa da Crega", en Caldebarcos, ¡una delicia!
De buena gana me perdía por esa playa... y me quedaba por allí definitivamente. Es simplemente maravillosa y habéis sacado toda su belleza en unas fotos estupendas. Puro paraíso.
ResponderEliminarLo voy a decir bajito para que nos guarden el secreto: las playas de Galicia son las mejores del mundo.
Gracias por este regalo para la vista.
Un abrazo, Benja y María.
Pues no sabemos si son las mejores del mundo, pero por ahí andará la cosa, jeje. Esta es desde luego maravillosa y dan ganas de quedarse alli.
EliminarUn abrazo, Raquel.
Me ha gustado la descripción somera y concreta de la playa. En este plan, encuentro que las fotos son un magnífico complemento a lo que decís. Gracias por hacernos participar de vuestros viajes.
ResponderEliminarEmilio
Pocas palabras se pueden decir para describir este lugar, porque no se le haría suficiente justicia.
EliminarGracias por tu comentario, Emilio.
Hola amigos, que cerquita estuvimos jajaja, nosotros fuimos el Domingo a la lagoa de Louro y a la playa de Ancoradoiro. Que pasada de lugares.
ResponderEliminarLa entrada de hoy es fabulosa tanto por las fotos como por la descripción. Un abrazo grande
Cualquier dias nos encontramos vagando por esos sitios que nos gusta recorrer!!
EliminarSería estupendo.
Un saludo y que el camino os lleve a un lugar aún mejor que el anterior.
MANSAMENTE
ResponderEliminarMe acerco a ti, y me aparto,
cuando mansamente vienes hacia mi;
huyo y no te comparto
alejándome de ti.
De nuevo, abres tu espacio para mi.
Me invitas a seguir;
insistes, aduciéndome con guiños…
Me descalzo y quiero ir
…dudo de tus cariños,
y, al fin, rompemos olas como niños.
Es muy tarde para huir,
atrapado en arena, agua y cielo,
guiando el juego a seguir,
extiendo sobre el suelo
un sueño, que guardo en aciago velo.
Una playa apartada
en la inmensidad de los cielos y el mar.
En raya limitada,
el encanto del lugar…
y, oculto en arena, el sueño a recordar.
Me lanzo decidido,
y, noto la mano helada de la muerte,
que me ciñe aterido,
y me aleja, envolviéndome a mi suerte…
perdido me hallé al verte.
Siento abrir tus entrañas,
y, en tus espejos, escrita una nota:
un niño con sus cañas,
un aro, una bici rota…
- a pié de hórreo- escrita en Carnota.
Antonio Puertas
Todos los derechos reservados.
Bellísimo, Antonio.
EliminarNos alegra que nuestras imágenes vayan acompañadas de estas palabras tan especiales.
Muchas gracias.
CARNOTA
ResponderEliminarCando estou a contemplar esas imaxes da praia de Carnota, veñen ao meu recordo aqueles tempos vividos de rapaz ao seu carón.
O meu pai, fora destinado como secretario do xulgado, e, pasaba os invernos con el. Acudía a escola de Don Serafín nos baixos da casa consistorial, e, dende alí, divisábase unha lagoa ateigada de ras, que, os rapaces, cazabamos ao saír da escola.
Un carpinteiro do lugar, constuírame un patinete de madeira co que deslizaba por unha pendente da praza do pobo , e que, a señora Arminda gardaba xunto cuns trebellos nun baixo da súa casa.
Parabamos na pensión do Señor Goyanes , e, fixérame moi amigo do seu fillo, e a quen o meu pai puxéralle o alcume de TREBOADA, polas liortas que estaba a armar, sendo pequeno. Logo, uns anos despois, pasamos a pensión da Señora Engracia. O noso cuarto, estaba orientado de cara o mar. Inda rosman nos meus oídos aqueles tombos petando sobre a area nas noites de inverno. Anicado na miña cama, soñaba con espíritos infernais que estaban a chamar nas fiestras onde durmíamos…
Todos estes recordos da miña nenez, gárdoos na miña alma con moito agarimo. Mágoa que vaia tan pouco polo pobo. Xa case que non coñezo a ninguén…tal vez, a Michelín… Se me estás a ler, unha aperta, amigo
Antonio Puertas
A veces algunas imágenes nos traen recuerdos de tiempos pasados...
ResponderEliminarGracias por compartirlos.
Un saludo.