Ribadeo (Lugo)

 

Ribadeo comienza su historia como núcleo urbano cuando Fernando II le concede una carta foral que daba algunos derechos y privilegios a sus habitantes, entre ellos el de celebrar un mercado semanal cada miércoles. Se convirtió con los años en un importante núcleo comercial en el Cantábrico. Ribadeo es una villa de marineros y comerciantes de vino, maderas, cereales o lino. También por supuesto de ganaderos y agricultores que aprovisionaban la villa y a los barcos que partían desde su puerto. En el siglo XIX la ciudad se transforma al derribar las murallas y construir nuevas calles. Los indianos que regresaron a Ribadeo edificaron bellos edificios que cambiaron el aspecto de la urbe. Pasearse por la calle de San Roque es obligatorio para ver estas casas de colores vivos y elegante ornamentación. En O Cantón destaca la Torre de los Moreno, construida siguiendo los diseños de Julián García Nuñez, discípulo de Gaudí. Destaca por sus fachadas distintas y los fantásticos elementos modernistas. El convento de Santa Clara, el Pazo de Ibáñez, la plaza de O Campo o la iglesia de Santa María embellecen las calles de esta villa marinera. Su paseo marítimo es sensacional, pues partiendo del puerto pesquero se puede caminar hasta el faro de Illa Pancha. En el puerto deportivo un ascensor nos permite subir hasta la capilla y mirador de A Atalaia. Las vistas son preciosas. En el paseo nos encontramos con el antiguo cargadero, el fuerte de San Damián o el albergue de peregrinos. Cientos de personas recorren este paseo todos los días ya que no reviste dificultad. Ribadeo nos gustó porque ha sido capaz de conservar su esencia marinera sin renunciar a modernizarse. En sus calles se respira su rica historia y por encima de todo su alma marinera.