En estos tiempos en los que parece que ahorrar un minuto es una cuestión de vital importancia, hay momentos en los que vale la pena ir algo mas despacio, a cambio de poder observar lo que te rodea.
En este caso se trata de recorrer la carretera que lleva de Betanzos a Vilalba, pasando por Irixoa.
Algo menos de 60 kilómetros poco transitados, ya que la mayoría de la gente opta por la autovía.
Para empezar, nada mejor que desayunar en Betanzos, en cualquiera de los cafés que hay en los soportales de la plaza García Naveira. Después, justo al pasar a Ponte Vella, el puente sobre el Mandeo, cogemos el desvío a mano derecha que señaliza Vilalba, y ya no dejaremos la carretera hasta nuestro destino.
Pasamos por Paderne y de ahí a Adragonte. Poco después encontramos la capilla de San Cosme de Mántaras, un buen ejemplo del románico rural gallego. Aquí se celebra una romería el 27 de septiembre, o el último fin de semana de dicho mes.
Seguimos viaje, disfrutando del verde paisaje gallego. Al llegar a Irixoa, encontramos un desvío a la izquierda hacia Monfero que dista a tan sólo 7 kilómetros y si se tiene tiempo y ganas, vale la pena acercarse a ver su monasterio.
Después de cruzar Irixoa, en el kilómetro 23 del recorrido, encontramos un desvío a la izquierda que nos lleva al Miradoiro de Pena Feixa, desde donde obtenemos unas hermosas vistas de la Serra da Loba. Aquí también hay señalizada una ruta de senderismo de 17 kilómetros que recorre varias de las pequeñas sierras de la zona, como las de Moncoso y Queixeiro, que si bien no alcanzan grandes alturas son de una belleza indudable.
Subimos después por las estribaciones de la Serra da Loba que está salpicada de eólicos pues es zona donde el viento suele estar presente.
Bajamos ya hacia Vilalba, y encontramos varios cruceiros dignos de parar a echarles una ojeada, sobre todo el de Lanzán, en Tardade. Levantado en 1806 por un particular es el ejemplo más destacado de los llamados cruceiros chairegos. En su pedestal podemos ver a Santiago Matamoros con las imágenes de San José y San Roque en los laterales, además de diversos motivos de la pasión de Cristo.
Casi entrando en Vilalba, justo antes de cruzar un pequeño puente, podemos desviarnos a la derecha dirección Lagares, y unos metros después veremos una señal que nos lleva a la iglesia de Gondaisque, con un pequeño cementerio gótico y un cruceiro a su lado.
Deshacemos este pequeño tramo, y después de cruzar el puente llegamos a nuestro destino, donde la Torre dos Andrade, hoy reconvertida en parador nos dá la bienvenida. Acabamos nuestra ruta comiendo en A Lareira, una encantadora taberna galega (en la Rúa do Sol) hoy bar-restaurante y que antes fue farmacia y hasta una escuela.
Me veo en la obligación de hacer saber a los creadores de este blog, que considero que la foto que hace el número tres, dentro del album "Betanzos-Villalba", es sin duda una obra de arte, y que el paisaje que ne élla se recoge solo se puede describir con dos palabras pronunciadas por un culto y conocido torero; IM-PRESIONANTE, Enhorabuena por captar la belleza del lugar con tanta maestría.
ResponderEliminarMi querido/a anónimo/a nos alegra ver que ha captado la belleza desbordante de la foto 3, ya que fue tomada con la intención de provocar ese efecto. Un abrazo grande y sepa usted que nos hemos reído un montón con sus palabras :)))))
ResponderEliminarHola Lucia.
ResponderEliminarGracias por tus palabras.Nos alegra que te guste nuestro blog.
En cuanto a la propuesta que nos haces,este es todavía un blog pequeño,a pesar de que poco a poco vamos creciendo, y en principio su filosofía es no poner publicidad. Es posible que en un futuro lo reconsideremos, pero por el momento queremos que siga así.
De todas formas gracias por hacernos la proposición, y si mas adelante cambiamos de opinión y sigues estando interesada, ya hablariamos.
Un saludo.