Este monasterio del S. X fue uno de los centros monásticos más importantes del Císter en Galicia.
Construido sobre una primitiva ermita dedicada a S. Marcos, apenas queda nada medieval en él a causa de las obras de renovación realizadas en el S. XVI.
La iglesia es la parte mejor conservada y sobresale su magnífica fachada barroca, única en Galicia por el ajedrezado de sus sillares que alternan granito y pizarra. En la fachada destacan cuatro grandes columnas rematadas en capiteles corintios suben hasta la cornisa superior.
Desde 2009 hasta 2011, se realizaron obras de limpieza y consolidación de las partes en peor estado del monumento para garantizar su estabilidad de cara a la futura construcción (en lo que fueron las dependencias monacales) de un hotel y centro lúdico termal-spa.
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