Empezamos nuestro recorrido por la
Bretaña con la visita a la villa de Vannes, capital del departamento
de Morbihan. La verdad es que para abrir boca nos ha dejado
impresionados. Es difícil explicar con palabras lo hermosa que es
Vannes. Pasear por sus calles llenas de antiguas casas con entramado
de madera y de detalles, recorrer la muralla y entrar en el pueblo
por la puerta prisión o la de San Vicente, admirar los jardines y
el Château Gaillard, entrar en la catedral de San Pedro y contemplar
su solemnidad y sus preciosas vidrieras, o acercarse hasta el puerto
deportivo donde se arremolinan los barcos con la villa de fondo. No
sabemos como será lo siguiente que veamos, pero Vannes nos ha
encantado. Podríamos decir que la Bretaña nos ha recibido con una
de sus mejores caras.
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