Uno de los lugares más emblemáticos
de Oporto es la librería Lello, un lugar que parece sacado de un
cuento. El sueño de cualquier amante de los libros. Sus estanterías
de madera, la escalera que caracolea hasta el segundo piso, los
techos, la calidez de todo el local , que invita a perderse entre sus
miles de libros...sinceramente, uno de los lugares más bonitos que
he visto en mi vida. Pero desgraciadamente, uno de los lugares que
peor he visto en mi vida también. A pesar de que la entrada cuesta
cinco euros, que te devuelven si compras un libro, hay casi más
personas en la librería que libros. Decenas de personas apretujadas
y tropezando buscando y posando para una foto. Supongo que en estos
tiempos es inevitable, pero es una pena tan grande no poder disfrutar
como se merece un lugar tan especial, que no puedes evitar salir algo
decepcionado. Me recordó mucho a nuestra visita a Mont Saint-Michel,
atiborrado de turistas. A pesar de eso, si de verdad amas los libros,
al menos una vez en la vida deberías visitar la librería Lello, de
la que dicen que es la más bonita del mundo. Habría que visitarlas
todas para comparar, claro, pero de momento es, con muchísima
diferencia la más bonita y mágica que yo he visto nunca.
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