Catalogada como una de las Aldeas
Históricas de Portugal y llamada popularmente “la aldea más
portuguesa de Portugal”, Monsanto no defrauda. Enclavada entre
enormes rocas, esta aldea es de una belleza superior. Pasear por sus
empinadas y estrechas calles empedradas y ver las casas con las
inmensas rocas sobresaliendo de techos y fachadas es fascinante. La
subida al castillo permite observar el pueblo desde lo alto, algo que
merece mucho la pena. Cerca están las ruinas de la capilla de San
Miguel del Castillo, bellísima en su abandono, rodeada de tumbas
antropomorfas excavadas en la roca. Aquí el tiempo se detuvo hace
mucho y es fácil imaginarse la vida en esta aldea unos siglos atrás.
Portugal no deja de sorprendernos y Monsanto no sólo nos sorprendió,
también nos gustó muchísimo. Visita obligada.
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