La villa de Cambados está considerada
conjunto histórico-artístico y es una delicia pasear por sus tres
barrios. El más señorial es el de Fefiñáns, con una plaza
impresionante que acoge el Pazo de Fefiñáns y la hermosa iglesia de
San Benito. Numerosas callejuelas rodean este espacio que invita a la
contemplación y la calma mientras tomas un buen albariño en
cualquiera de los bares y restaurantes de la zona. No hay que olvidar
que esta es la tierra del albariño, el exquisito vino gallego que
atrapa a todo aquel que lo prueba. El Parador Nacional de Turismo se
encuentra muy cerca de allí y es el antiguo Pazo de Bazán. Todo
ello forma un conjunto armonioso que merece la pena recorrer.
El barrio de pescadores de Santo Tomé
se encuentra en el otro extremo y sus callejas están llenas de
recovecos y rincones por los que acabar desembocando en la Ría de
Arousa, donde si la marea está baja podremos ver a las mariscadoras
faenando en ella. Todo un espectáculo.
Cambados está salpicado de edificios
históricos, pero merece especial atención el Cementerio de Santa
Mariña de Dozo, de visita imprescindible por su singularidad y
belleza.
Cambados hay que recorrerlo tranquila y
reposadamente para poder disfrutarlo en toda su dimensión.
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